domingo, 25 de abril de 2010

REFLEXIONES


La reflexión debería ser un estado universal en el que todo el mundo se insertase en algún momento de su vida, ya que esto le permitiría constatar diversidad de situaciones partiendo desde una óptica diferente; de esta forma, multitud de enigmas quedarían más clarificados.
A estos enigmas me remito yo a lo largo del día, ya que sobre ellos intento reflexionar y extraer una conclusión que compendie todo lo que, sobre el tema, he “monologado” durante un par de horas.
Esto sustenta mi proverbio de que “es menos cruel, el que reflexiona como ser buena persona, que el que se cree buena persona”; por ello, declaro que es de imperiosa necesidad el crear un día universal para la reflexión.
Un día en el que todos nos insertaríamos en un estado reflexivo, a través del que encontraríamos el sin sentido a las actitudes racistas que tenemos y que, muchas veces, legitimamos porque, para mi, el país donde uno nace no es más que la maceta donde se depositó su polen, además de que yo defiendo que lo de país o nación son dos términos que no se formalizaron como tales hasta bien entrado el siglo XIX, época en la que la burguesía se configuró como el nuevo bloque de poder y asentó las bases sobre las que redundaría el orden capitalista.
Nosotros reflexionaríamos sobre las numerosas y crueles matanzas perpetradas en las guerras, sobre los numerosos maltratos físicos y psicológicos ejercidos sobre los frágiles cuerpos de las mujeres, sobre la configuración de un sistema político que nos entusiasma a través de la difusión de promesas electorales por parte de los políticos de las que, luego, ninguna cumplen, sobre la alimentación de jóvenes sedados por la incultura, la “caja tonta”, el mundo “cibernauta” y el del alcohol, sobre el establecimiento de una sociedad escasamente conmovida por las deplorables condiciones económicas en las que yacen insertos los indigentes, sobre la difusión de situaciones embarazosas para muchas personas jóvenes a través del móvil, sobre la propagación de catástrofes naturales por territorios sumidos en la miseria que sufren así las consecuencias de la irresponsabilidad mostrada por los países del Primer Mundo ante los problemas medioambientales. Reflexionaríamos acerca del insaciable “huracán” etarra que ejerce a diario un despiadado maltrato a la vida de los inocentes, acerca de lo mucho que cobran los ministros y lo poco que cobran los autónomos(¿ para qué narices necesitamos tantos ministerios en este país?), acerca de lo mucho que se encarecen las hipotecas y de las escasas ayudas que ofrece la clase política para tener la suficiente capacidad adquisitiva para llegar a ellas, acerca de lo banal que resulta el dilema “nacionalista”( si somos un país si no lo somos,…) frente a los problemas que afectan a la sociedad, acerca de lo mucho que se les permite hablar en todo tipo de medios a todas aquellas personas que viven con el dinero como castigo y de las escasa posibilidades que le brindan a todas aquellas personas que si tienen algo que decir( los futbolistas, por ejemplo, frente a los pobres), acerca de las multinacionales y su cínico plan para buscar beneficios a costa de la muerte de entes y la sobreexplotación de miles de hectáreas de “suelo tercermundista”, acerca de la inexistencia del amor y la amistad en esta sociedad( las cuales son compradas a través del dinero), acerca de la falta de respeto con la que algunos chavales dispensan a sus padres de manera inescrupulosa e injustificable, acerca de la violencia indiscriminada que sufren muchos docentes y que es realizada por los padres de los alumnos o por los propios alumnos, acerca del visceral antiamericanismo que se ha establecido en este país, sin saber que, nos guste o no, nos hemos convertido en un país “colonizado” por el “Imperio Yanquee”.
Quizás podríamos consumir algo de nuestro precioso tiempo en adoptar esa actitud reflexiva que yo demando, defiendo y efectúo, porque así podríamos llegar a explicar muchas de las incógnitas que se ciernen sobre este mundo y su configuración coyuntural, porque solo así, reflexionando acerca de lo que hacemos en nuestra vida, solo así llegaremos entre todos a pensar en cómo hacer de este un mundo más justo y mejor.

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