lunes, 24 de mayo de 2010
Sobre Jenaro pérez Villaamil
Jenaro Pérez de Villaamil y Duguet (Ferrol, La Coruña, 3 de febrero de 1807 - Madrid, 5 de junio de 1854), escrito también como Genaro Pérez Villaamil, fue un pintor romántico español, especializado en paisajes.
Nacido en Ferrol, a los cinco años de edad ingresa como cadete alumno del Colegio Militar de Santiago en el que su padre era profesor de fortificaciones, topografía y dibujo. Cuando cumple doce años, su familia se traslada a Madrid y el chico interrumpe sus estudios iniciales, eso que cuando solo contaba con ocho ya tenía el cargo de ayudante de profesor.
En el colegio de San Isidro el Real sigue enseñanzas de carácter literario. Tras el triunfo liberal de aquella accidentada España fernandina, en 1823, con la invasión de los "Cien Mil Hijos de San Luis", el gallego opta por el partiddo liberal y se incorpora al ejército, con el grado de subteniente, con el ánimo de repeler al nutrido invasor.
Cuenta solo con dieciséis años, pero participa en todas las acciones militares y consta oficialmente que se distingue por su valor y animosidad. Su carrera militar se ve truncada con el desastre de San Lúcar La Mayor, próxima a Sevilla, donde en una escaramuza es heido de gravedad y hecho prisionero. Convalece en el Hospital de la Sangre de Sevilla y, ya restablecido, lo llevan a Cádiz como prisionero de guerra.
Arias Anglés, su biógrafo más completo, dice que hasta 1830, los años de la vida de Villaamil son oscuros, pero muy importanntes ya que en ellos se produce la transformación de estudiante, profesor precoz y militar heroico en pintor.
Lo cierto es que en ese tiempo de obligada inactividad, dibuja y pinta, bajo la dirección del profesor José García. Como es natural a su carácter, los progresos son tan rápidos que en ese mismo año, 1830, lo eligen para realizar los decorados del gran teatro de la ciudad de Puerto Rico, isla todavía española. Allí permanece hasta 1833, puesto que se sabe que el 27 de abril de dicho año, el bergantín en el que regresa de América, toca en Portugal.
Andalucía le atrae y la recorre en buena parte ya que se conoce que entre el verano y el otoño estuvo en Granada y Sevilla, ciudad en la que coincide con el gran dibujante inglés David Roberts, el trabajo del cual debió ejercer verdadera fascinación sobre el gallego, que primero lo imita, luego iguala, y al fin lo supera. De esta época data también su amistad con el pintor Esquivel, frío, académico, y nada parecido a Villaamil.
Al año siguiente se establece en Madrid. Inmediatamente traba relación con la familia Real y le presentan a la Reina, quien se interesa por la obra del gallego. Solicita ser admitido como miembro de mérito en el ramo de Paisaje en la Real Academia de San Fernando. Ingresa en 1835 y en septiembre acude a la exposición de esta importante corporación con gran elogio de la crítica.
Villaamil quiere estar presente en todo y meses más tarde interviene en la fundación del Ateneo de Madrid, institución de tan dilatada y justa fama en la vida cultural y política de España. Conoce a Ramón de Mesoner Romanos y comienza a ilustrar en "Panorama matritense" de este castizo escritor. Villaamil no se conforma y también interviene en la creación del Liceo Artístico y Literario Español de Madrid, la casa colectiva romántica por excelencia en el ambiente intelectualde la capital de la nación.
Es ya un pintor reconocido, ya que en 1837 el barón Taylor le compra cinco cuadros que decorarán los palacios del monarca Luis Felipe I de Francia. Ya se considera el mejor paisajista del momento y solo hacía cuatro años desde que inició la exhibición de su obra. José Zorrilla, el joven poeta del momento, le dedica una composición titulada La noche de invierno y el pintor le contesta dibujando la portada de la primera edición de los versos del vallisoletano.
La Reina visita el Liceo Artístico. Le obsequian con un cuadro de Villaamil y adquiere otro. El artista es nombrado en 1838 caballero de la Ordén de Isabel la Católica y recibe otra condecoración, ésta, militar, como recuerdo de su comportamiento en la campaña 1823.
Generoso, como buen romántico, se inclina a favor de Esquível, cuando el retratista pierde temporalmente la visión. En 1840 viaja por España, captando ambientes para sus cuadros y pasa temporadas en Toledo y Burgos. Después se traslada a París, desde donde inicia un viaje por Europa que se prolonga cuatro años, entre 1840 y 1844, con la disculpa de publicar, por especialistas litográficos de la capital francesa, su famoso álbum, hoy día, joya plástica y bibliográfica ilocalizable, titulado España artística y monumental, con unas piezas sueltas de las que se hicieron múltiples reproducciones, habitualmente tomadas como originales.
Acude a los salones de París y en 1842 obtiene una de las medallas otorgadas. Visita el norte de Francia, Bélgica y Holanda, donde expone en 1843, y una de sus obras la adquiere el Rey Guillermo I. Las casa reales son una visita frecuente, ya que también conoció las de Bélgica, Grecia y Francia. Ésta le concede la Legión de Honor, distinción que cuadra con el nombramiento de caballero de la Orden de Carlos III en España, por decisión de la Reina Isabel II, a su regreso a España en 1844. Viaja nuevamente a Francia. Más distinciones: es nombrado caballero de la Orden de Leopoldo de Bélgica. Y en España, nada menos que teniente director de la Real Academia de San Fernando, en febrero de 1845, y además catedrático de paisaje.
Realiza nuevos viajes por España, para pintar y dibujar incansablemente. Conoce al compositor ruso Glinka. En 1846 trata en Barcelona al cónsul Ferdinand de Lesseps, ingeniero, autor del proyecto del canal de Suez. En 1845, en el salón de París, entre miles de artistas, el máximo crítico de arte de la historia, el poeta Charles Baudelaire glosa su obra. Los elogios continúan en España. En 1848 la Reina adquiere seis cuadros suyos para decorar sus aposentos particulares en el Palacio de Oriente. Los tasadores oficiales, José de Madrazo y Vicente López, el extraordinario discípulo de Goya, lo califican como el mejor artista ferrolano.
Al crearse la Escuela Preparatoria para las carrerasa de ingeniros civiles y arquitectos, Villaamil es nombrado profesor de paisaje.
Vuelve a su tierra natal en 1849 y recorre las provincias de La Coruña y Pontevedra. Sus andanzas por España prosiguen hasta 1852, y está presente en cualquier aconteecciimiento importante. Tiene una vida tan intensa que su salud se resiente. Enferma gravemente, de una dolencia hepática, y muere en Madrid el 5 de junio de 1854, cuando contaba sólo con 47 años.
Su obra está en todos los museos del mundo. Pintor extraordinariameente prolífico, sus óleos, acuarelas, litografías y dibujos se cuentan por millares, aunque, como decimos, muchas de estas litografías no son originales, sino hábiles reproducciones.
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